lunes, agosto 07, 2006

"NO HAY POESÍA SIN MISTERIO" - ENTREVISTA A MARÍA MELECK VIVANCO - RITA KRATSMAN, SELVA DIPASQUALE - AÑO 2007. SELECCIÓN DE POEMAS

 

 




En febrero de 2007 entrevistamos en su caso de Ramos Mejía a la poeta María Meleck Vivanco para el blog La Infancia del Procedimiento. 


María Meleck Vivanco nació en el Valle de San Javier, de Traslasierra, Córdoba. Residía en Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires. Representó a la poesía argentina en el "3er. Congreso Latinoamericano de Mujeres Escritoras" en la Universidad de Ottawa (Canadá). Su obra literaria fue comunicada en dicho evento en 1978. Fue invitada al "Congreso Internacional del Surrealismo en el 3er Milenio" Roma, (Italia 1999). Parte de su obra ha sido traducida al italiano y al portugués. Ha publicado: Hemisferio de la Rosa (1973); Rostros que nadie toca (1978); Los Infiernos Solares (1988); Balanza de Ceremonias (1992); Canciones para Ruanda (1998); A la fecha de la entrevista permanecían inéditos siete libros: Plaza Prohibida, La Moneda Animal, Bañados de Sereno, Mi Primitiva Cruza, Mar de Mármara – Alucinaciones del Azar, Taitacha Temblores (poemas quechuas).
Ha recibido los siguientes premios: Libro de Oro, Lima (Perú), 1956; 2do. Premio "Municipal de la Ciudad de Buenos Aires", 1978; 1º Premio "Fundación para la Poesía Argentina" (Colección de Poetas Contemporáneos), Buenos Aires, 1988; Premio "Fondo Nacional de las Artes", Buenos Aires, 1991; Nominación por Argentina en "UNICEF" de Nueva York (U.S.A), inédito, 1996; Premio "Universidad de Letras" de La Habana (Cuba, 1997); Premio Fundación "Sociedad de Los Poetas Vivos", Buenos Aires, 1998.
Falleció el 8 de noviembre de 2010.



ENTREVISTA 


LA VIDA, LOS AMIGOS, LA GATA Y UN LIBRO PERDIDO... O CASI...

Me considero una mujer montaraz nacida en la chunca, vale decir en pleno valle de San Javier, Traslasierras Comechingones de Córdoba.
Tuve una infancia sana y mis costumbres siguen siendo sencillas y transparentes. Me gusta la carne asada, matear con los amigos y conversar cosas de la vida que divierten el alma. Hablar de poesía, obvio, es lo más apasionante que puede pasarme.
Aquí aparece mi gata Tere (le puse así por Teresa de Calcuta) y desde hace 7 años es mi compañera.

* Tere, la gata de María Meleck Vivanco


No soy una obsesiva, pero prefiero rodearme de gente joven, llena de proyectos y alegría. Son los nuevos hacedores, con herramientas de libertad y de pasión. Suelo decir bromeando que los vampirizo, en el buen sentido de la palabra.
Mi libro Taitacha Temblores, con lenguaje mezcla de castellano y quechua, no se editó, pero fue premiado con el "Libro de Oro" en Perú. Sus textos andan extraviados de aquí para allá, como desperdigados. No obstante, memorizo los 
que son  más auténticos , cantos musicales primitivos de mi adolescencia y en lengua vernácula.

¿CUÁNDO LLEGÓ MARÍA MELECK VIVANCO A BUENOS AIRES?

Llegué a Buenos Aires en el año 1945 muy jovencita. La gran ciudad se me brindó con la "crema" de los poetas surrealistas, del momento, los "monstruos sagrados" del primer movimiento en la década del 40´. Dios o el Azar me arrojaron al centro de esa tribu maravillosa. Trabajé en la famosa Editorial "Claridad" como traductora de francés y correctora de pruebas. Tengo buenos recuerdos de su dueño, un personaje... Don Antonio Zamora. Yo ganaba más que suficiente. Empecé viviendo en Flores con mi tía Ofelia Casas Vivanco, prima de mi padre, luego ella viajó al interior y yo pasé a una pensión familiar, poco tiempo, pues Alfredo Martínez Howard, exquisito poeta, me ofreció su casa en Villa del Parque, donde me entreveré con sus hijos, en mi nueva familia.

YO NO ERA LA MÁS JOVEN DE AQUEL GRUPO SURREALISTA

Fui la única mujer en ese primer movimiento surrealista, pero 5 años mayor que mi gran amigo de la vida, el más amado y el más completo Francisco Madariaga, el hermano fiel del corazón. Cuando lo conocí recién llegado de los esteros correntinos él tenía sólo 14 años y yo 5 más.
Bueno, ahora espero guiarme por el mapa psicológico de ustedes dos, mis amorosas, a la manera surrealista. Y seguiré recordando.
De muy chica, me hacía bien escribir, me desahogaba. Me sigue pasando ahora. Escribo, porque corresponde, pienso, a una catarsis muy personal. Y lo hago siempre a mano.
Construyo un verso en cualquier momento sin un tema puntual (jamás sé lo que va salir). No me subyugan las máquinas virtuales de la modernidad, aunque reconozco que ayudan y ordenan mejor la obra. Mis delirantes y jóvenes "secretarios", se me ofrecen para tamaña tarea. Son generosos y valientes.

LA POESÍA ME SALE FÁCIL PORQUE NO ME PRIVO DE INCORPORAR LAS TRAVESURAS

La poesía me sale fácil, porque no me privo de incorporar las "travesuras" que me dicta el inconsciente y el sueño. Y me transformo en una inconsciente total, sin remedio.
Soy anti-académica, pero respeto esa cultura adocenada que entrega la Universidad, que abrillanta las personalidades, sin dudas. Yo prefiero la médula del conocimiento inconsciente, su ancestral sabiduría. Estoy hecha de un material arcaico y revolucionario sui-generis y afirmo lo ya conocido hace mucho tiempo "que lo que natura non da, Salamanca non presta". El auténtico poeta nace, no se hace. Elijo entre los jóvenes aquellos que presiento "poetas naturales". En mi larga vida aprendí que la mejor escuela es la lectura y el gozo que dan los creadores, aquellos poetas iluminados de todos los tiempos.
Considero de vital importancia el íntimo contacto con la Naturaleza, como un acto de comunión con ella y también como ya lo expresé en otro lugar, son indispensables “los destrozos de la vida” que irradian un lenguaje perturbador pero lleno de magia.

OLGA SIEMPRE COLOCABA UN CANTITO RODADO EN SU MANO IZQUIERDA MIENTRAS ESCRIBÍA

No practico rituales. La entrañable Olguita Orozco, "la poeta maga" del Siglo XX, siempre colocaba al escribir un canto rodado en su mano izquierda –algo tan antiguo que emite mucha energía. Ella me regaló piedras que a su vez regalé a mis amigos poetas, como reconocimiento y ofrenda a su incomparable talento.
Con Olga nos sentábamos frente a su mesa ovalada llena de libros, una en cada extremo, intentábamos el poema. Siempre me repetía "¿Karim, vos crees que sos mi amiga por buena poeta? Te digo que si no escribieras, te querría lo mismo, de amiga a amiga, de mujer a mujer. Existe mucha comunicación entre nosotras".
Karim me llamaban desde la infancia, cuando pude descubrir el idioma de los incas y les dediqué esos cantos inspirados en mi terruño.
Kari-Karim, significa lirio de oro. Olga me dijo antes de morir: "acabamos de cumplir 48 años de amistad". Y esas palabras me sonaron a gloria, porque provenían de su corazón tan generoso y entero.

(María Meleck nos indica una de las muchísimas fotos que con otros adornos memoriosos tapizan las paredes de su departamento. "Este –señala- es Alfredo Martínez Howard, tres meses antes de morir. Me la mandó desde "La Serranita" en Córdoba, con mi hermano Wilfredo. Y más atrás, Ana Teresa Fabani, la bella entrerriana que murió de tuberculosis a los 28 años, dejándonos un sólo libro, bellísimo, de poemas titulado Nada tiene nombre y una novela, Hogar de Niebla, los que no fueron reeditados, lamentablemente".




SE PUEDE SER POETA CON UN SOLO VERSO

Ya ven que no vine tras un amor de pareja, como se dijo, sino a conocer a mi amiga personalmente, después de 5 años de carteo.
Creo que cada poeta tiene su propia voz. Todos somos los dueños de nuestras voces. No conozco la poetometría. Felizmente, todavía no existe un aparato que mida la calidad de la poesía. Se puede ser poeta con un solo verso. No puedo concebir que alguien se embronque o tenga problemas con los demás, porque son más chicos, más grandes o distintos. No se debe escribir para un premio y menos para la posteridad (esa ambigua falacia que suele preocupar a los tontos).
Escribir versos en mí fue como un hecho natural. Como una pasión congénita que le dio significado a mi vida, a la vez iluminada e indescifrable, a veces con hondo sufrimiento psíquico por mi extrema juventud. Pero la verdad estaba, indeclinable en mi vocación y para siempre.


POESÍA, CUERPO Y NATURALEZA

Mi madre anotaba en un cuaderno mis expresiones de niña. Eran imágenes bastante atrevidas y “voladas” de la preciosa Naturaleza del Valle. Yo adoraba los arroyos, la gente dulce y sencilla, los árboles fragantes, los cielos luminosos y las tormentas también. El apego a los animales primitivos (aún los venenosos merecían mi ternura).
Soy licenciada en Kinesiología y Dra. en Medicina Física. Trabajo en rehabilitación. Conocí muchas partes del mundo con las becas y los Congresos de la especialidad. Esto me ha dado innumerables satisfacciones.
La poesía se hace sola dice Gonzalo Rojas, el eximio poeta chileno. A mí me quedó un tiempo siempre para cumplir mis fantasías abstractas y sentirme completa con la escritura.
Del 45 al 55, el círculo de poetas surrealistas era bastante cerrado y nos encontrábamos casi todas las noches a cenar en un modesto restaurant como el Robino de Corrientes y Ángel Gallardo o piringundines cercanos al puerto, en la Avda. Alem, en sus recovas. Y de allí pasábamos en la madrugada a saborear el chocolate caliente con churros en la legendaria Avda. de Mayo. Contentos de disfrutar la más loca bohemia. Reflexionábamos filosofía barata cargada de convicción. Nos enterábamos también de los escritores contemporáneos europeos en sus traducciones. Recitábamos nuestros textos, se hablaba de los famosos manifiestos de Bretón, como si se tratara de la Biblia. El grupo más representativo lo formaban: Aldo Pellegrini, Francisco Madariaga, Juan José Ceselli, Oliverio Girondo, Carlos Latorre, Enrique Molina y Antonio Vasco. Quién nos seguía a todas partes con verdadera devoción era Jacobo Timerman, quien ya se perfilaba, como un gran periodista. Fue más adelante, Director y propietario del diario "La Opinión" que ocupó un lugar muy relevante en la cultura de los años 70´.


DIOS, EL DESTINO Y EL AZAR Y LA AMISTAD CON ENRIQUE...


Me encanta jugar con el Azar. Creo que Dios, el Destino y el Azar, en su inminencia, son una misma cosa. Son Dios.
Mi especial afecto fue el "gitanito" Madariaga, como ya lo dije. Pero por proximidad física, Enrique Molina y su mujer Susana compartieron conmigo una fuerte y honesta amistad (éramos vecinos de ventana por medio, durante años). Nos leíamos, intercambiábamos libros, monedas y comidas como si fuéramos de la misma familia. Poeta extraordinario, Enrique. Hablaba poco, componía sus famosos "collages". Cierro los ojos y lo veo recortando papeles y figuras afanosamente sobre la ancha cama de su modesta habitación, en la calle Piedras al 200, una pensión pobre pero digna.
En ese lugar flameaba su gran misterio, su masculinidad, como consecuente amador no tan romántico y sí efectivo, con todas las "féminas" que se le cruzaban. Inaudito, él que desmembraba poemas para realizar prodigios y cuyas imágenes podían como un puzzle ubicarse arriba o abajo del texto. A la hora de la edición no le daba la menor importancia al detalle. Creaba los increíbles “opuestos” que tanto fascinaban entonces a los poetas franceses.
Era el rey de la transgresión, cuyos ojos redondos y chispeantes observaban lo que ocurría a su alrededor con gesto de niño inocente.
Anotaba palabras despistadas que se le ocurrían en el momento y las usaba como esqueleto de sus futuros poemas.


LA CONDICIÓN DE AMAR ES MÁS IMPORTANTE QUE LA DE SER AMADO

"Kari, Karita, Kariño" -me decía, Enrique Molina- todos tus poemas son de amor. Quedarás como la surrealista romántica... Sos una loca apasionada. Rara coincidencia, actualmente ese excelente poeta y gran amigo se trata de Jorge Ariel Madrazo, me llama "la poeta gótica". No sé qué quiere decir, pero me agrada.
Pasional, romántica o gótica, la cuestión es que ahora comprendo con eso que la condición de amar es más importante que la de ser amado, aunque te destruya y te mueras.
He vivido pasiones fuertes, algunas no tan ocultas, como con Telo Castiñeira de Dios. Estuvimos juntos por años. Él se perfilaba como un talentoso periodista, inquieto, brillante, muy sensitivo y generoso.
Posteriormente, volví a enamorarme y me casé con un hombre extraordinario, padre de mis dos hijos que adoro. Enviudé en 1981. Mi hija Juana Guaraglia, vive en Uruguay. Es periodista y escribe cuentos que han merecido buena crítica. Prevalecieron mis genes, parece. El varón se acostumbró a las serranías de Córdoba y se dedica a la venta inmobiliaria como lo hacía su padre.


CUIDO QUE NO SE ME ENFRÍE EL CORAZÓN

En cuanto a la relación entre la kinesiología y la poesía, tiene que haber una fusión sensual y humanística que las ligue. El cuerpo se expresa, las palabras también. Existen palabras maravillosas, palabras tan intensas que una sola te conmueve hasta las lágrimas, que rompen el silencio de una manera increíble.
La persona que más admiro es Jesús y no soy nada original. Fundamentalmente como cristiana desubicada, no profeso ninguna religión. Lejos de los sacerdotes y del Vaticano, pero con respeto. La riqueza de la Iglesia, me parece una parodia inadmisible. A Jesús lo imagino pobre y descalzo en las playas del Mar Rojo, bendiciendo y repartiendo pan y peces a la gente más humilde. Es un Cristo humano el mío y lo separo de las mansiones ostentosas, de los tapices de oro, de la solemnidad. Cuido que no se me enfríe el corazón.
Yo no sé lo que vendrá después de la muerte. Pienso que este misterio nos será revelado cuando crucemos el límite. Algo presiento, sin embargo quiero convencerme que si somos humildes y piadosos  nos espera la proximidad del señor con su preciosa Luz.


A ANA TERESA FABANI, TENDRÍAMOS QUE HACERLE EL HOMENAJE QUE SE MERECE

Volviendo a Ana Teresa Fabani ella era muy amiga de Juan L. Ortiz y lo visitaba a menudo. Bueno, un día van a venir ustedes tan amorosas, y hablaremos largo de Ana Teresa y de mi singular amistad con ella. Tendríamos que hacerle el homenaje que se merece como mínimo en la Biblioteca Nacional. Era agnóstica, pero con mucha humanidad adentro. Yo me dormía sobre su frondosa cabellera extendida a modo de cola de pavo real y de un castaño dorado fuera de serie. Era muy fácil contagiarse la tuberculosis, sin remedio, pero los jóvenes jamás piensan en el peligro. "Mi único consuelo – me decía- es que mi cuerpo no conocerá la vejez". Con su nivel de ternura tan alto y su extraña belleza, se la veía como iluminada.
Yo me considero una abstracta natural (desconozco o no entiendo los diferentes niveles del surrealismo clásico. Tampoco me interesa el tema). Me expreso así desde pequeña, por supuesto antes de conocer al movimiento. Viví, siempre como tal, cultivando mi particular bohemia como ambicionaba Bretón, libre de toda libertad y dejándome fluir sin contenciones. Adornando con mi imaginación todo lo que me rodea. Así me sentía ganadora y feliz.

(María nos lee un poema de Ana Teresa: La luz llega/entorna la ventana/ si del cristal que anoche se hubo abierto/deja que siga el sueño/ ya lejana...)


* Nada tiene nombre, Ana Teresa Fabani



... UNA PATRIA DE INSPIRADOS POETAS...

Mi padre era inspector de ganadería asignado al Valle de San Javier y mi madre una extraordinaria pianista llegada a los 14 años de la Isla de Cerdeña (sur de Italia). La de ellos fue una relación larga y difícil, pero se amaron eternamente.
La verdadera poesía, me da placer. Y hasta la automática me gusta. También la rimada, si es bella. No me fanatizo con tal o cual escuela. También los vanguardistas son interesantes y valiosos. Únicamente pido calidad, emoción y misterio. Si me modifica y me deja pensando, si me conmueve, ya está. En cuanto a los contemporáneos argentinos que admiro, es pregunta difícil de responder, son bastantes los nombres, algunos los tengo muy presentes, Redondo, Gelman, Boccanera, Madrazo, Castilla, etc... y me quedo corta, pues aparecen verdaderos tapados que me dejan con la boca abierta. Felizmente somos una patria de inspirados poetas.


ALMA NATURAL

No tengo una vida misteriosa ni la quisiera tener. Soy una mujer sencilla, expresiva, cálida y muy comunicada. La soledad física me asusta. La busco para hacer rendir mi tiempo en mi profesión que me da de vivir modestamente, en el descanso mínimo cuidando mi salud, en la música que me apasiona y en las actividades propias del hogar. Como canceriana, hago lo posible por permanecer bastante "en la cuevita" por donde los gorriones se mezclan con los murciélagos que entran por la ventana.
Muchas veces esto de "hacer rendir mi tiempo", hace que me arrepienta y busque compañía humana con desesperación.
Existen cosas que odio: la violencia, la solemnidad y la hipocresía.
La vida es la gran separadora. Hace muchos años que no veo a mis amigos del Valle y eso me da tristeza. Sabe Dios que los amo.
Vengo de una familia numerosa de clase media y el marido que elegí no me defraudó, respetaba mi trabajo poético. Y me daba la libertad necesaria para “volar” soñando. ¿Qué más podía pedir?
En mis últimos libros, no usé puntuación ni la forma tradicional del poema, sino que utilicé cortes muy particulares, empezando los versos con mayúsculas. Estaba en estado de rebelión con mi escritura y pretendía que el lector colocara más acertadamente las pausas. El poema Alma Natural es el que más quiero. Siento que soy yo, que me representa indiscutiblemente libertaria y natural. Apasionada en mis convicciones por mi ascendencia vasca pero hipersensible ante la pobreza y el dolor.

Los jóvenes me convencieron de no poner títulos. Me hicieron creer que estos "frisos irreverentes" que hago, tienen un contexto universal que no puede ser resumido en un título y que por mi discurso hermético, puede convertirse en una pista falsa para el lector. De cualquier manera, yo soy muy espontánea y hago lo que me parece, sin pensarlo demasiado.
Conozco el quechua. Soy descendiente de peruanos en quinta generación. Mi querido sobrino Gustavo Vivanco Ortiz, todo un joven personaje, es un chamán muy respetado y vive en la ciudad de Cuzco.


Alma natural


Exhorto a la pasión de las arenas móviles A la resonancia
primitiva del circuito de la ternura A colocar las sienes a la
altura del corazón Que una indefensa cacatúa sea el home-
naje del sueño
La saliva imantada La asimetría de la sombra que crece
hasta el exilio El aprendizaje de la simulación La compañía
de los insensatos Las marionetas del payaso que entresacan
y alternan la demencia La piel cristalizada en lapislázuli
para el contacto caníbal del amor Las ciudades australes que
exaltan la poesía Cuerpos gloriosos que son el claroscuro del
temblor de un palomo El regazo al rojo vivo y la gitanería
errante Eligen a sus víctimas
Alma natural hemos paseado por galerías encaladas acari-
ciando mis retratos Es como si el campanero de la memoria
del canto, volviera a equivocarse


POESÍA Y MISTERIO

Desde Balanza en adelante, le di otra forma a mi escritura. La concebí como si fueran dos respiraciones. La primera, formulaba un texto más extenso y se imponía un silencio entre las dos. La segunda respiración llegaba desde el inconsciente como un huésped extraño, despegado de la historia. Como fantasma enigmático de apariencia sospechosa, que era aceptado con felicidad.

No me animo a enseñar poesía. No creo en los talleres. Yo puedo sugerir algo a los jóvenes, nada más. Hacer un comentario de las mejores imágenes y estimularlos siempre a la creación. Todo según mi gusto o mi criterio personal –entendámonos- De ninguna manera pontifico como maestra de literatura y menos presiono. Aprendí más de los jóvenes que ellos de mí, lo cual agradezco infinitamente.

Y para terminar esta larga charla, me resta asegurarles desde mi “cuasi verdad” que el único género que para existir necesita del misterio, es la poesía. Sin misterio, no hay poesía.


(Rita Kratsman-Selva Dipasquale)



POEMAS DEL LIBRO INFIERNOS SOLARES (1988) 


ARCOS DEL ATARDECER

La hora esta aquí
Cálida y ciega Imperturbable y lúcida
Su hocico húmedo de perro fiel
cabe ahora en la corola de una mano
Heliotropos ardidos regresan a la escoria del océano
Nubes en cíngulos acompañan su roja cabellera
La hora profética ha mellado la memoria del sueño
Besa mortalmente nuestros ojos
Vulnera nuestra piel desconocida
Niña-Luz que huérfana se deleita con antiguas monedas
elevando conjuros en un aire que embriaga
como el aliento de los pinos
Amor se yergue en el mástil del verano
Se encarama y vibra Fructífera y sucumbe
Revela su furor y calla
Deja mortajas de éter encendido
bajo los arcos del atardecer
Y la gran Verdad eclosiona
Engendra en las venas su prole silenciosas
y luego estalla en helechos
sacudiendo los manantiales del origen


LAS FORMAS DEL VACÍO

Casi no conocemos las formas del vacío
giran como la vida en hongo y calesita
Allí el puerto es de fuego La aventurada niña
El país tan remoto y el doliente fantasma
Casi no conocemos las trampas del vacío
Aires que desfallecen al laúd de los árboles
Sus humillantes filtros queman lenguas azules
Y desquician las trémulas mariposas de mayo
Lentas sobre el desierto nuestras máscaras caen
Y a una señal del ángel sin nombre estremecido
Bajamos este rostro hacia la dura tierra
y el inservible rostro respira por la lluvia
Dulce Orfila tu boca la miel de tu garganta
Naturalmente gimen con su verbo amoroso
En bocacalles lívidas y cuadrantes solares
Barriendo los espejos libres de la colina
Casi no conocemos las noches del vacío
La mujer peligrosa de ensombrecida prole
Con saliva imantada que el espacio destila
Un licor venenoso derramado entre flores
El vacío es de Dios y se aferra a su llama
Hace ver primaveras Camina entre abedules
Allí el puente es un limbo de oro negro y banderas
Un país remoto y un doliente fantasma


"ALABE" LA LEONA

Corre la leona en un zaguán de pétalos
Su viento acelerado
Su fuego frío oxida la penumbra
Inventada en la luz clara y oscura
a rayas movedizas y turgentes
Desde su templo de ópalos labrados
Corre la leona a ráfagas
y con ella su espejo Su aire en círculos
La perdurable estancia que vacila
El tinglado de baba clamorosa
El diamante cavado en fresco belfo
Y con su trampa doble de la muerte
el collar de la horca inesperado
Corre la leona como si fuera llama derramada en altura
De terraza en terraza sucumbe su agonía
De árbol en árbol su dominio triste
Hasta caer pesada y voluptuosa
encerrada en el oro de su vicio
Defendiendo la presa hasta salvarme


ENCERRADA EN LA NOCHE

De puente a puente
el pan humedecido de la niebla
Cuando el otoño enciende sus dalias ahuecadas
sus crueldades reunidas en un grito
su cuerno de abundancia glorioso como el vértigo
Los cuerpos florecientes recién estremecidos
Cae la lluvia flotando de plano en los biseles
hasta empapar la soledad herida
Arrojando penumbras de vino derramado
en la línea que acerca el mar al horizonte
donde las aves mágicas empollan los océanos
De puente a puente
han pasado los ángeles
Han registrado al viento la fecha de mi nombre
Han consumido el rastro de fuego de mis huesos
Han padecido atados al frío con mi muerte
Despojos del corazón serán mi casa
mi agonía mi cólera mi caos
Esta rosa de otoño encerrada en la noche
sin que jamás se enteren las luciérnagas


MIENTRAS EL MAR JADEA

La salamandra anfibia muere lenta
con su pezón abierto a resplandores
Amante ciega va doblando rasos
Rezuman sangre sus prensiles verdes
Adivino las dulces salamandras
donde los astros vivos se alimentan
Yo desterrada y mis crecidos ríos
reclaman a su arbitrio rosas huecas
Los perfumes del alba son aquellos
mientras el mar jadea en el espejo



NO ME SOMETA EL ROJO

Con las nubes de cielos
que entrechocan sus grupas oscuras
los cipreses ondulan y gastan las joyas del aire
Abajo el rojo desnudo Besa en la playa
su alquimia de matices sutiles
Su abanico espejado en el agua blanca
Y al oído nos enrostra su ira
con agresivas ruedas calientes
Mas de pronto el vacío se abraza a los pies
como una trémula serpiente asesina
No me someta el rojo
no me sometan sus flores -aparejos de soledad-
No me sometan sus olores malditos de tierra inmunda
No me sometan sus insondables órganos
que plañen y se ahuecan
en una marea de ojos ciegos
Básteme el dolor
Sus armaduras frías que corroen la noche
Sus cascabeles lisos consumidos en brasas de antiguos huesos
-Brasas que un perro aviva en sueños-
hasta separar de la muerte su anillo de vida
hasta fundirse con las sublimes bocas adolescentes
que abrieron para el amor y también para el olvido
Hasta girar con el rayo
y retomar su agrietado camino imprevisible en el polvo


EL SALTO DE UN CABALLO

No tardaré en llegar
a los despojos sobrantes de luz
que enhebran la vida de las islas
Contemplando el ritual incesante del mar
Colmada de caparazones
Estallarán completamente inmóviles
Extraños océanos Confusos océanos
Llorados sobre mi penitencia
Con la muerte de tantos ávidos ojos
mirando hacia mi sangre
Como cálices de flores sitiadas en su fiesta
En órbitas vibrantes de artificios
sobrevoladas de ángeles
En fisuras de cielo donde la noche escinde sus ríos
Sus diamantes estáticos
Sus fríos escalpelos de hermosura
No tardaré en llegar
a los despojos sobrantes de sombra
con carruseles cósmicos y blancos elefantes dormidos
A sabiendas descorreré los velos de mi muerte
Y en los perfectos espejos encendidos
el salto de un caballo desbordará el azogue


Y LA TERCERA MUERTE

El hogar de las uvas Lago oscuro
Embudos afilados sucediéndose
Narcisos Piedras rojas
Biseladas coronas de la luna
Arenas y eucaliptos
confrontados a luces de iridiscentes filtros
En pura llama seca En híbridos aromos
Amantes de los rostros de la muerte
El hogar de las uvas Nuestro olvido
Será la horca del mar aventurarnos
Para él que destila ambrosía
toda criatura es lastre vengativo
Dibujo tembloroso de un roedor gigante
Flores de azufre en viaje huracanado
La hidra con dientes de hiena-pájaro
lanzada hacia imantados trópicos
Cortezas retorcidas como agujas feroces
que arremolina el eje de la tierra
Y la tercera muerte es la del vino
Presiones de jazmines
entrelazando las espadas del sol
(Piedad Piedad el venturoso niño)
Densa música de oboes ahuecándose
Cuatro mil metros bajo el ramaje de la ola
Música triste al son de inflados relojes
En copas fluorescentes su brebaje de hinojos
Su enamorada soledad ardida
Maderas planetarias sumidas en un bosque de avispas
durando y perdurando en el panal gozoso
No sed No manos silenciosas de aire ciego
No puertas y memorias revertidas
No clamor hacia un dios tan voluptuoso
No herida alondra en medio de una música
Sino el lejano hogar y su delicia
(Piedad Piedad al venturoso niño)


DE BRUJA MELANCÓLICA

Carne desmemoriada
Sus bestias que retoñan sus pirando
entre puertas secretas y párpados cerrados
Arrasan terraplenes y puentes de mi llanto
Queman como un incendio viscoso enfurecido
Asomada al perjurio de ávidas madreperlas
Atraviesa en astillas y crujidos de nombres
mis dalias lastimadas mis tinieblas del frío
Pudo soñar así –dulce sombra insaciable-
siervo de cacería –carne desmemoriada-
para salvar al cielo lleno de eternidades
Agitar sus relámpagos de ardor y desafío
cerca del amarillo desnudo de los pájaros
¿Casi en el corazón supo comunicarme
sus fantasmas de piedra caliente y pecadora?
¡Su culebra de fuego a mi sangre asustada?
¡Oh! He perdido mi casa
He sellado mi lengua de bruja melancólica
Donde a besos se enseñan los nombres de los árboles


¡CUÁNTOS PERFUMES! ¡CUÁNTOS CÓDIGOS!

Trae y lleva el viento
mariposas que nacen de tus axilas
Sobre un límite de ideas cautelosas
que perfilan tus dominios
El mar depone a nuestros pies
su amarga desventura
Entierra almendras en su ola
Mueve velos como siglos ¡oh Dios! Purificándonos
Su estandarte a jirones Su cáustica memoria inextinguible.
Embanderados estamos aquí por el oleaje
Por sus frutos sellados
Sus murallas gastadas del vacío
Herrumbres solitarias de la noche
heridas en andar hacia el incendio
donde en círculos fieles el corazón estalla
¡Cuantos perfumes! ¡Cuántos códigos
que dirigen la muerte!
Somos el mismo grito repetido en las antípodas
Una hoja obediente debajo de la tierra
El esqueleto que erosiona a la rosa en su médula
Las hebras de sangre más allá de este miedo
Trae y lleva el viento
mariposas que nacen de tus axilas


LOS ARTIFICIOS

Cambian de dirección los páramos
¡Oh segadora araña! ¡Segadora caricia!
¡Segadora iniquidad que desquicias los ejes de la tierra!
Más ceremoniosa Más perversa
Más mortífera que la peste en el recinto de los dioses
Indescifrable voz
Corroes una boca donde los gestos balancean la dicha
Tú, que sometida entre pólenes
No has de tornar ya nunca al pasado
Pues la muerte te adelanta y te corrompe
con su pájaro oscuro de plumas mojadas
con su noche de trompo instantáneo
que abandona a una playa híbrida
chispas de espejos ignotos
peces carnívoros a la deriva
Flores obscenas listas para el ultraje
Cambian de dirección los pájaros
Y los mares mezclan caudales frenéticos
y en la tierra entretejida de perjurios
reducciones y ocultos pecados
hay una sola respiración devoradora de sí misma
tan imposible de asir como la flauta de la vida
tan transparente como un helecho de nieve
sometido al vapor de la luna
Pegada estoy a un ombligo
que precipita cautelosos misterios
manantiales del desamparo, cráteres del sexo,
vacías corolas del suicida
En torno a grandes aviones
con el hechizo de puertos en Marte
De infinitos latidos inventados
En ojos donde la niebla se aposenta
Cambia de dirección mi sangre
Oh Dios, si calladamente pudieras invadirme
con tu medrosa cría de faisanes
con tu muda trompeta de guerra
Ya jamás intentaría sobrevivir a un lirio



POEMAS DEL LIBRO BALANZA DE CEREMONIAS (1992)


Su gran hongo pálido

Todos los tristes de la tierra, mezclando en un mismo cubilete
nuestros dados oscuros.
Oh Cuidad los abalorios Cuidad las alabanzas Que detengan
el fulgor del deseo frente al bronce quemado de los ángeles
Esos escarlatas invisibles que desnudan la piel del elefante
Que nos tocan y rugen Que nos tocan y trastabillan Que nos
tocan y cubren el corazón con una marea ciega
Entrégate a los membrillares del agua ven a conocer sus
riesgos Vibra eternamente en el oro rotundo de los campanarios
Que el verdugo defienda su collar de amatistas Más tierno
que la suplicante del mar Que niños enterrados en jardín de
cenizas Que el olvido y más olvido en carne viva de la muerte
¿Será la sustancia de Dios que nos reúne? ¡O el colibrí
fantasma que detuvo su goce en la criatura? ¿Acaso la esplendidez
del alce confundió a la metralla? ¿O se junta polen de
luna en el ombligo de las vírgenes?
¿Será que anda de incendio en incendio la venenosa duda Y
su gran hongo pálido desciende a conocer la sombra?


Pro mundo


Infinidad de veces nos vemos la mirada
Una gran nave gótica La ventana ojival y la pulsión maniquea
de la condena, van cerrando con furia los párpados de
los aparecidos
jacintos y anémonas marinas son mapas esplendorosos que
exhibe la resaca Diluye sus golfos en sarapes negros llenos
de infancia Llenos de antiguo monte
Los máximos toreros apostarán en la faena de la sombra
Aprendí a usar mis lágrimas
Aquí el pro mundo nos aturde Nos hace comensales de los
peces alados


Primacía del fauno

Pez y betún para las ruedas del carro del Faraón Ellas
Apagarán los clamores de Egipto
En ese dilema que sobrecogen las furias, valga el ajuste
Perfecto de la antigua dulzura
Me siento pulir como la muerte en un metal fundido entre
muchas raíces Resonancia de trueno tienen las voces que me
nombran Y lo desconocido es un embrión mutilado en un
huevo de brujas
Compases de alharaca bastan para determinar el bullicio del
viento Colinas reverentes en la brillante primacía del fauno
La cruz errática Las demoliciones El pasajero de la Creación
dirigiendo en zigzag las aves rapaces
El dedo de Satanás ha resuelto el oráculo A mis espaldas
tiembla la intensidad de sus desnudos Beso a beso la crueldad
multiplica los incestuosos arcángeles
¿Para atemorizar el placer? Para ocultar con lienzos enlutados
su delicada impudicia?
Aullemos como malditos cerdos con las patas en alto
La sudestada avanza Mi lengua, seduce los oscuros entre soles
eróticos


Los amantes se giran

El trópico de cáncer cautiva lentos péndulos Ingresa en la
blancura sin malquerer su música
Va a descubrir la maga que lo gire en el mundo Va a descubrir
Idénticos ya no superponibles Dextrogiros que avientan
las ventanas del viento Va a descubrir girando quiero amarlo
de cerca Giran las parsimonias en ahuecadas órbitas Estrellas
sospechadas que con la bestia giran Las carmelitas
giran con sus rosarios púdicos Giran en las caderas y el
ombligo indefenso Giran chorro de amor de mirarte y tocarte
Giran de sollozar eternamente océanos
Este polvo que gira y la locura gira Los amantes se giran
para siempre jamás


Piedra de suavidad

El fanal de una tórtola se disuelve en el cielo De los jacarandas
chorrea miel azul
Guardo en mi corazón el desamparo que respiran los muertos
La trayectoria bautismal del poema Los fragores del mar
Del inasible mar La llave que abre las cartas de los prisioneros
El refucilo adelantándose a la rosa Los piratas del sol
Que enarbolan un remolino de oro con su séquito
Y extraigo de la piedra de suavidad, el inquietante cárdeno
que sustrae mis besos


Envuelta en ciclámenes

Ayer moría resignadamente en libélulas espléndidas Las
aniquilaciones Las penetrantes miradas convergían a mi
pulso
Yo caminaba entre cipreses en la gloria del faro intocado
Nada más justo para resucitar y desvanecer Para tornarse
en rosas de inca innominadas En ciegos insectos artesanos
de su abismo
Ayer moría entre ajadas nalgas y maliciosos conjuros
del amor Incapaz de fundir mis brazaletes De hacer polvo los
labios Los altos hornos del beso
Mi cintura golpeada por los vientos del este Los cardúmenes
navegando en sus galaxias La resonancia del águila del mar
Ayer moría enredada en la luz En la clorofila azarosa de mi
sangre En el rayo azul del espectro de todas las cosas
Moría con los ídolos de sombra Las hierbas indefensas Las
ardientes iniciales del sueño Los miriñaques de Dios


Hueso sonámbulo

Corazón, guarda tus vociferaciones Donde los muérdagos
conducen la mascarada del sueño
Oh cuántos trotamundos Cuántas islas dolientes que desbordan
el sexo Madrugadas de amarga flor y niños tiritantes
que flagelan los trenes
Los anzuelos que arrojamos al mar traen al vacilante
corazón suspendido Nuestra mascota es un hueso sonámbulo
Lástima el esplendor de las antípodas Las huellas digitales
del invierno Las miradas tiránicas del sol Sus rigurosos signos
Porque nada duele más que la fláccida corona de intemperie
Que el cotidiano viaje de recorrer las muertes.



María Meleck Vivanco